domingo, abril 28, 2024

Encuentro con el niño de la rosca de Reyes: Más que una fortuna, una responsabilidad y tradición mexicana

El Niño Jesús se convierte en un amuleto, otorgando bendiciones a la familia que lo encuentra, y su permanencia en el hogar se asocia con prosperidad

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Agencias/Sociedad 3.0

La celebración del Día de Reyes marca el cierre de las festividades navideñas en México con la tradicional Rosca de Reyes. Más allá de la alegría de compartir este manjar adornado con frutas cristalizadas, esta festividad esconde una particularidad: la búsqueda de la figurita del Niño Jesús, que hoy en día puede representarse con diversas imágenes, desde el tradicional hasta personajes como Baby Yoda o Hello Kitty.

Pero, ¿qué ocurre si eres afortunado y encuentras esta figurita en tu porción de rosca? La costumbre dicta que adquieres una responsabilidad adicional: organizar una celebración el 2 de febrero, Día de la Candelaria, en la cual se consumen los tradicionales tamales. ¿Pero cuál es el trasfondo de esta peculiar tradición? ¿Por qué te toca comprar tamales si encuentras al Niño en la Rosca de Reyes?

La respuesta se remonta a raíces ancestrales y fusiona creencias prehispánicas con la tradición religiosa. La presentación del Niño Jesús en la iglesia, 40 días después de su nacimiento, es una práctica que encuentra sus raíces en la tradición judía. El Niño Jesús se convierte en un amuleto, otorgando bendiciones a la familia que lo encuentra, y su permanencia en el hogar se asocia con prosperidad.

Antes de la evangelización, febrero marcaba un ciclo agrícola en Mesoamérica, y los tamales eran parte de rituales para pedir buenas cosechas y lluvias abundantes a deidades como Tláloc, Chalchiuhtlicue y los Tlaloques.

El Día de la Candelaria trasciende lo religioso, vinculándose con antiguos rituales prehispánicos. Se pedía a deidades por buenas cosechas y lluvias abundantes mediante la preparación y consumo de tamales. La Rosca de Reyes, con su figurita del Niño Jesús, simboliza un amuleto para quien lo encuentra, y la responsabilidad original de preparar los tamales recae en él.

Esta tradición culinaria, además de reflejar la riqueza gastronómica mexicana con sus tamales multicolores y variados atoles, fusiona tradiciones religiosas con prácticas ancestrales relacionadas con la comida y la petición de buenas cosechas.

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