sábado, abril 27, 2024

Mal ánimo y tensión permean en el equipo de Sheinbaum

Para estar arrancando con una ventaja tan amplia como la que presumen en sus encuestas, que llegan a arrojar hasta 30 puntos de diferencia con el segundo lugar, el ambiente en el equipo más compacto de campaña de la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, se siente demasiado tenso y exacerbado, con choques y molestias entre sus distintos operadores, mientras a la doctora, según comentan fuentes internas de su campaña, se le ve «enojada, irritable y algo desesperada» en las reuniones de trabajo y planeación con su equipo.

Pareciera como si la enorme ventaja que presumen en sus sondeos y en los que publican cada semana distintos medios -que por cierto en las encuestas de varios medios ya no dicen 30, sino entre 20 y 15 puntos-, no estuviera generando un ambiente de tranquilidad y confianza entre el equipo de la candidata oficialista, donde abundan las quejas, las diferencias entre colaboradores y las pugnas de poder entre distintos bloques, mientras a la doctora se le ve demasiado presionada por los temas y definiciones internas de Morena, en donde las inconformidades y las amenazas de ruptura abundan por la definición de las candidaturas a cargos de elección, tanto federales como locales.

«El ambiente adentro, en las reuniones y actividades, no es para nada amigable; hay demasiada tensión y hay personas y colaboradores que ya se quejan de esta situación que se traduce en descontrol y falta de coordinación entre varias áreas de la campaña», nos dijo un colaborador de la campaña claudista que pidió omitir su identidad. «A la misma doctora, en los encuentros de planeación se le ve enojada, irritable y a veces desesperada porque no se resuelven los temas internos de su partido».

¿Qué puede tener tan irritable y preocupada a la candidata oficialista, según comentan en su propia campaña, si hacia afuera su discurso y su actitud ha sido más bien de cierta soberbia porque sienten que su ventaja en las encuestas es prácticamente inalcanzable? Porque al final su estrategia en todos estos meses, desde el proceso interno de Morena hasta el actual periodo de intercampañas, ha sido la de convencer a los mexicanos de que la elección ya está definida y que las encuestas prácticamente anticipan su victoria segura. ¿Será que en el fondo Claudia Sheinbaum y sus operadores y estrategas no se sienten tan seguros y ya advierten lo que anticipan la mayoría de encuestadores y analistas, que la elección presidencial tenderá a cerrarse a diferencias de un solo dígito conforme se acerque el 2 de junio?

Una posible explicación de ese ánimo tan alterado que se percibe internamente en el equipo de la candidata oficialista a unos días del arranque de campañas, pudiera ser que al final la estrategia de Sheinbaum de prácticamente «nadar de a muertito» y no hacer nada arriesgado ni fuera del guion que le fijan desde Palacio Nacional para no alterar ni molestar a su jefe político, el presidente López Obrador, se ha convertido en una «camisa de fuerza» para Claudia que, si bien no va a cuestionar ni mucho menos a desmarcarse del presidente, en el fondo se siente incómoda y aprisionada porque no puede ser ella misma, ni tiene mucho margen de maniobra para manejar su campaña, que sigue y seguirá atada al discurso, los designios y la supervisión desde el despacho presidencial.

Pero aun en ese caso y entendiendo que no esté resultando fácil para la candidata contenerse y no salirse de la línea que le marcan desde Palacio -algo que por cierto ella acató y aceptó desde el principio sin chistar y eso le valió incluso amarrar su candidatura- sigue siendo extraño que, sin estar totalmente relajados o dormidos en sus laureles y mucho menos en la soberbia, en el equipo de campaña de la hasta ahora favorita en las encuestas de la carrera presidencial, se respire tan mal ambiente y se perciba tanto caos y diferencias, como si más bien fueran desventaja o no se sintieran tan seguros de mantener la ventaja que, en la víspera del arranque oficial de las campañas, aún les dan la mayoría de los sondeos.

Otra posible explicación que nos sugieren desde la misma campaña oficialista es que los conflictos internos de Morena, donde están creciendo las protestas y rupturas por todos aquellos que no resultarán nominados a alguna candidatura -para los 20 mil cargos en disputa en estos comicios se inscribieron en total 105 mil morenistas, es decir, en razón de cinco aspirantes para cada cargo- están impactando el ánimo de la candidata que se ve totalmente rebasada por los pleitos internos, además de que un caso particular que le preocupa es la elección en la Ciudad de México, que muchos ven que Morena la puede perder en los próximos comicios.

Veremos si lo que nos describen desde adentro del cuartel de Sheinbaum es sólo una tensión normal y un caos propio del arranque de campaña, o si al final ese ambiente descompuesto, cuando aún ni siquiera empieza el proselitismo entre los votantes, no es más bien un reflejo de que los ánimos no están atemperados en el oficialismo y hay nerviosismo por lo que pueda pasar en las campañas, sobre todo a partir del mensaje contundente que les envió la ciudadanía el pasado domingo 18 con el Zócalo atiborrado y la gente marchando y protestando en las principales ciudades del país. En todo caso no son buenas señales que, cuando aún no empieza la batalla real, esté cundiendo la discordia y la tensión en la campaña oficialista… Los dados mandan Serpiente Doble. Caída libre.

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