Agencias/Sociedad 3.0
China continúa haciendo acopio de recursos para controlar una nueva oleada de contagios Covid-19. A las PCR y test rápidos ha sumado ahora un nuevo método de diagnóstico nada usual: los test anales. El Ministerio de Salud chino ha comenzado a implementar ya este tipo de pruebas entre los ciudadanos que guardan cuarentena.
De hecho, es el único «inconveniente» que señalan los profesionales sanitarios que avalan este método: poder utilizarlo solo en grupos selectos como por ejemplo en los centos de aislamiento de los que dispone el país, según informa el diario The Washington Post.
Además de confiar en su eficacia, son varios los profesionales que defienden que los frotis anales son «más precisos» que las muestras tomadas en la garganta. Como prueba, señalan el caso de aquellos pacientes en recuperación que dieron positivo en muestras tomadas en el «tracto digestivo inferior» tras obtener negativo en las pruebas realizadas en nariz y garganta.
«Curiosamente, la detección del SARS-CoV-2 fue positiva en el frotis anal de dos pacientes y negativa en el frotis de garganta y las muestras de esputo”, han explicado, por este motivo proponen estos nuevos test de detección «como la muestra potencialmente óptima para la detección de SARS-CoV-2 para la evaluación del alta hospitalaria de pacientes con Covid-19».
Aún así, son conscientes de que ambos métodos no son igual de «convenientes» por lo que, de momento, solo se aplicarán en grupos clave, afirmaba Li Tongzeng, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital You’an de Beijing, en una emisora local.
La medida, no obstante, ha causado cierto desasosiego e indignación entre la población china justo cuando se cumple casi un año de la llegada del virus al país. Los sanitarios también se han mostrado contrarios a la realización de ese test inundando de comentarios de «incredulidad y preocupación» las redes sociales del país. «Es difícil para las enfermeras», expresaba una usuaria en Weibo.
Hay quien la considera, sin embargo, una ayuda, dada la proximidad del Año Nuevo Lunar que tendrá lugar el próximo mes y que normalmente supone unos 3.000 millones de desplazamientos.
Después de un brote en el aeropuerto internacional de Shanghai en noviembre, los funcionarios encerraron a miles de empleados para realizar tests y esto provocó una aterradora estampida. Ahora, con las infecciones que siguen apareciendo antes de las vacaciones, el gobierno ha aprobado un uso ampliado de las pruebas con hisopos anales.
La intención de China es vacunar a 50 millones de personas antes de dichas fechas, pero esa cifra es menos del 4 por ciento de su población, una tasa demasiado baja para prevenir la transmisión masiva de coronavirus.
Las autoridades del país han endurecido las restricciones en las últimas semanas, obligando a decenas de millones de personas a encerrarse en áreas con brotes aislados. A su vez, ahora los viajeros que lleguen del extranjero deberán pasar una tercera semana de cuarentena domiciliaria, que se suma a las dos establecidas previamente, y una cuarta de informes diarios a profesionales sanitarios.