Juan José Llanes Gil del Ángel
Me preocupa, como ciudadano, el tratamiento que en los medios de comunicación se le da a la suspensión definitiva concedida a Jesús Murillo Karam por un juez federal en un juicio de amparo indirecto, que promovió el ex procurador general de la República en contra del auto de vinculación a proceso que se le dictó en relación con el caso de los estudiantes de Ayotzinapa.
Me preocupa porque veo las notas con encabezados delirantes y textos fuera de la realidad jurídica.
Hay medios que dijeron: “Frenan proceso en contra de Murillo Karam por el caso Ayotzinapa”; “Avanza recurso de Murillo Karam contra auto de vinculación…”; “Suspenden vinculación a proceso…”; “Juez suspende proceso…”, y encabezados así, que -en el mejor de los casos- sugieren que Murillo Karam alcanzará la absolución jurídica que (pase lo que pase en el juicio) ya la Historia le negó.
Creo que debe precisarse, de manera muy general:
1.- Un auto de vinculación a proceso puede ser impugnado a través de un recurso ordinario (apelación) o un medio de control constitucional (el amparo indirecto). El ex titular de la extinta PGR optó por el segundo.
2.- Habiendo solicitado la suspensión (provisional primero, definitiva, ahora), se le concedió; la concesión de la suspensión definitiva depende, básicamente, de que exista el acto reclamado, en el caso, el auto de vinculación, y sus efectos son, esencialmente, que el quejoso quede a disposición del juez de amparo en el lugar en el que está detenido, y a disposición del juez de control para la continuación del juicio en el que no podrá dictarse sentencia hasta que esté resuelto en definitiva el amparo.
Y esto es así no solamente en el caso de Murillo Karam, sino en todos.
Presentar la noticia como un “avance”, o como un “logro” de Murillo Karam, no solamente está fuera de proporción, sino que también perturba la confianza en las instituciones judiciales: da pie a que la sociedad (a veces, alentada por el mismo gobierno), piense que los jueces de amparo “se prestan” a la ilegalidad o propician impunidad.
Si la carpeta de investigación en contra del ex procurador general de la República está bien integrada y el auto de vinculación está correctamente fundado y motivado, la decisión judicial que impugnó Murillo Karam será confirmada.
Si algo está doliendo (y dolerá siempre) a los mexicanos, es el caso de los normalistas de Ayotzinapa. Presentar como “logros” (que no lo son) cosas que casi son de trámite, de aquellos a quienes se está intentando enjuiciar y castigar por los hechos de la Noche de Iguala, descompone, pudre y lastima al mismo Estado.