Agencias/Sociedad 3.0
La noche del viernes, el gobierno ecuatoriano llevó a cabo una operación policial para arrestar al exvicepresidente Jorge Glas dentro de la Embajada de México en Quito, donde se había refugiado tras recibir asilo político del gobierno mexicano. Esta acción provocó una fuerte condena por parte de las autoridades mexicanas y condujo al presidente Andrés Manuel López Obrador a anunciar la suspensión de las relaciones diplomáticas con Ecuador.
La irrupción en la embajada mexicana fue descrita como una acción violenta por parte de la Policía Nacional ecuatoriana. Según relatos del jefe de Cancillería y Asuntos Políticos de la Embajada, Roberto Canseco, los agentes policiales escalaban muros y vallas para ingresar a la sede diplomática mexicana, donde agredieron al personal de guardia.
Canseco denunció la acción como «totalmente inaceptable» y calificó el operativo policial de «barbarie». Expresó su preocupación por la seguridad de Glas, afirmando que «pueden matarlo». Además, señaló que no hubo ningún aviso previo sobre la entrada de la Policía, lo que consideró una violación flagrante de las normas diplomáticas internacionales.
El exvicepresidente Jorge Glas enfrenta una orden de prisión preventiva por presunta corrupción, aunque él sostiene que es víctima de una persecución política. Esta nueva detención se produce después de que Glas pasara cerca de cinco años en prisión por dos condenas por delitos que él niega haber cometido.
